Después de Todo
Somos partículas de bienaventuranza
Flotando en el infinito océano de la conciencia divina.
Una gota se diluye en el océano,
Pero en amor hacia el Maestro y hacia el Señor
Inconcebiblemente el océano penetra en la gota.






Después de todo
Una vez más el Infinito aparece como finito
Y la luz ilumina la oscuridad de la noche.
Así como constantes y
continuos son los cambios del mundo
Uno debe permanecer apacible
En conciencia pura y amor consciente
Desde el profundo centro interno.
Nuestra identidad es garantizada
por Su divina voluntad,
No temas a la muerte, esa parte intrínseca de la vida,
Pero afirmando la vida, bebe plenamente de su dulce fuente.



Después de todo

Conocer y no el conocimiento,
Amar y no el amor,
Ser feliz y no la felicidad,
La eternidad y no lo eterno,
El Señor consciente y no la mente limitada,
Te guiará por la vida.