LA DULZURA DEL SEÑOR Y SU DIVINA BELLEZA





La dulzura del Señor, Su divina belleza, Su fragancia, Su contacto y Su generosidad, descienden en abundancia en el corazón del practicante a través de la meditación activa o canto de su Power-Mantra.




Esas sublimes cualidades aparecen como gotas de lluvia que caen en el pico abierto de un ave particular cuando intenta saborear el néctar que desciende de lo alto.




En Su magnanimidad y compasión, el Dulce Absoluto automanifestado considera: “¿Por qué he de guardar para Mí tantas cualidades maravillosas?” Así, para que el practicante pueda experimentarlas plena y completamente, el Señor distribuye la potencia de Su misericordia, la supervisora de todas Sus potencias.




Esa potencia de la misericordia divina es el intenso afecto del Señor por aquellos que reciprocan Su amor y Su afecto.




Por medio de esa omnipresente y misericordiosa potencia, el elemento de la dulce voluntad del Señor aparece en el corazón del practicante, asombrando incluso a aquellos que han realizado a Dios como la meta suprema de sus vidas.




Por esa divina potestad, la cualidad del afecto del Señor por Sus devotos es como un emperador muy poderoso que rige sobre todas las cualidades auspiciosas.




Esas favorables cualidades divinas, manifiestas en todas las personalidades excelsas, incluyen el amor, la compasión, la veracidad, la limpieza, la tolerancia, la renunciación, la satisfacción, los tratos honestos y sinceros, la apacibilidad, el autocontrol, la austeridad, la paciencia, la humildad, la determinación, el entusiasmo y la fidelidad.